El Obispo de la diócesis de la Santísima Concepción, monseñor José Antonio Díaz, inhabilitó por 10 años al sacerdote de Concepción Daniel Molina, quien había sido denunciado por abuso sexual.
Molina sólo podrá celebrar Misa de manera privada.
La decisión se dio a conocer en un comunicado oficial de la Iglesia, para dar precisiones ante “las manifestaciones públicas y la confusión expresada por muchos fieles respecto a la situación del presbítero Daniel Molina”.
La inhabilitación es consecuencia de un proceso canónico al que el Padre Molina fue sometido, como respuesta a denuncias recibidas en su contra.
El proceso fue autorizado por la Santa Sede. Para resguardar la imparcialidad, el tribunal estuvo conformado por jueces ajenos a esta diócesis y a esta provincia.
Los jueces solicitaron la pena máxima que corresponde a la pérdida del estado clerical, pero por intervención de este obispado se redujo a la inhabilitación del ejercicio público del ministerio a diez años, con la posibilidad de una reducción a siete años.
Molina queda autorizado a celebrar la misa de manera privada, sin participación ni presencia de público.